Piensa...

lunes, 7 de enero de 2008

Negro

Por un pasillo negro, de ladrillos huecos y llenos de polvo, corro, hacia un punto de luz en la distancia, blanco.

Detrás, como con grandes patas de araña, que andan sobre suelo paredes y techo, algo me persigue. Es oscuro, viscoso y caliente, y no se para.

Y, yo, sigo corriendo y sigo y sigo.

Pero nunca llego a la luz.

Gracias a Dragón por compartir estas letras.

9 comentarios:

AoKumo dijo...

A ver, muy fácil, utiliza el frasco con la luz de Eärendil y luego la atraviesas con Dardo, ya verás como deja de perseguirte...^^U

Ésa es mi forma de decirte que al final del todo, aunque parezca que es un pasillo interminable y estrecho donde te acechan todos los males, consigues escabullirte de entre éllos, alguno te alcanzará en la trayectoria, como bien sabes que funciona el equilibrio kármico ;).

Te digo esto por si es a lo que te refieres.

¡Te veo prontico!

EvilLate dijo...

A mi me da, que es algo mas viejo y solemne que eso...

AoKumo dijo...

No sé si me has entendido bien... digo que te he dicho eso, lo de que al final siempre se acaba alcanzando aquélla luz, no me refería a lo de "Ella"...

EvilLate dijo...

Te he entendido perfectamente, por eso sigo creyendo que es algo aun mas viejo que eso ^^

Ximena y Álvaro dijo...

ninguno a a soñado kon una situacion similar? xDDD


ke hay mas viejo que Ella Araña???? xDDD

Anónimo dijo...

Algunos nos pasamos la vida intentando alcanzar algo, con o sin éxito.

Muy chula la imagen.

Anónimo dijo...

Gracias, la verdad es que me costó elegirla.

Y si, algunos nos pasamos la vida intentando alcanzar o huir de algo (o ambas cosas)

Estas palabras son fruto de la angustia a la que a veces nos exponemos. Nunca os habéis sentido así?...

Anónimo dijo...

En serio, la elección de la foto es de lo mas acertada. Por cierto muy buena, inquientante mas bien...

Matt dijo...

Ey, una vez recorrido el oscuro y polvoriento pasillo de ladrillo visto que conducía hacia la verdad sobre quién escribe en este blog, aquí le dejo mi comentario.
Espero acordarme un día de la historia de la niña de Sierra Espuña (o inventármela y decirle que es la auténtica) y ya entonces se la contaré.
Cordiales saludos del alcalde de Mattown.