Piensa...

lunes, 12 de mayo de 2008

Otra Vez

Ahí sigue la pluma, sobre el papel, vaga e indecisa.

De pronto estalla en miles de trazos azules, formando letras, palabras, frases, ideas, sentimientos, y ya no puedes pararlo; lo que antes era vacilación se convierte en caliente deseo, el deseo por escribir, de hacer el amor con el papel y la tinta, con la pluma, de expresar millones de cosas que ni si quiera entiendes pero quieres gritarlas para que te escuchen y que alguien, tal vez, te entienda, porque te sientes solo y perdido; tan solo y tan perdido…

Y ahí llega de nuevo, el mundo se alza y tú gritas y sientes y te mueves y explotas y escribes y escribes mientras todo surge rápido y sin control y no puedes parar y entonces, solo entonces, casi al final, llega el éxtasis supremo de una obra sin fin.

Y el silencio.

Otra vez.


Gracias a Dragón por este texto, oda a la literatura

miércoles, 7 de mayo de 2008

Silencio

Querer es Poder

Tu Quieres, Tu Deseas.

Atente a las Consecuencias.

Y Guarda Silencio.



Gracias a EvilLate por su escueta reflexión.

lunes, 7 de abril de 2008

La Serpiente

En los mas profundo de la mente humana, las sombras se agitan inquietas mientras trepan por la vida de cada uno...



Lo volvió a oír, un susurro aceitoso y apagado, en su mente.

Se encogió, sujetándose la cabeza, con el estertor de la muerte lenta en el rostro y se gritó así mismo para no oírse.

La gente lo miraba, como siempre cuando la Serpiente se movía en su cabeza.

Siguió andando, un par de pasos; y de pronto todo estalló.

Ya no era un susurro; miles, no, millones de escamas afiladas como cuchillas rechinando contra su cráneo, cortando la carne y el alma, provocando la mayor tortura inimaginable, arrancando el frágil espíritu que le quedaba.

Se arrojó al suelo, agarrándose con mas y mas fuerza el pecho.

Cada vez quedaba menos de hombre en su cuerpo.

Cada vez quedaba mas serpiente dentro de él.

Gritó y gritó, vomitó, quería sacar a la Serpiente que se enroscaba en su cabeza, con movimientos sinuosos y lascivos.

Entonces también llegaron las voces, susurrando, gritando y parloteando en montones de lenguas muertas y descompuestas, podridas, eones atrás.

Veía las caras, de dientes afilados y lenguas bífidas ahora, de rasgos naturales y gesto preocupados después, cambiantes, confusas, girando, retorciéndose, desapareciendo y estallando en miles de pedazos para volver tortuosamente a sus ojos.

Recuerda que golpeo algo duro, que oyó chasquidos y crujidos, aunque no supo de donde provenían.

Entonces vino de nuevo el silencio.

Estaba rodeado de gente, que lo miraba aterrorizada. Cerca de él una persona sangraba por la nariz, y otra estaba tendida bajo dos hombres que lo llamaban a gritos.

Y el silencio seguía ahí, mirándole, como el resto del mundo.

Solo silencio.

Y la Serpiente rió, de forma imperceptible, con una risa sibilante, cargada de eses.

Y rió y rió la Serpiente.

Y el lloró.


Gracias a Dragón por este nuevo texto.

jueves, 28 de febrero de 2008

Sol de Medianoche

En este mundo, el tiempo junto a la natura provocan a veces espectáculos que asombran...

Mi vello se eriza mirando al techo del mundo. No lo comprendo demasiado bien. Hace tan solo una hora y media el tiempo era cálido y el sol deslumbraba.

Ahora, mientras bajo del coche huelo la humedad creciente, subiendo como la espuma. El día todavía es luminoso pero gris, y hacia mi, enorme, mirándome desde arriba, corre una mole gigante y negra, tronando y retumbando.

Algo frió roza un pelo de mi antebrazo.

Mi vello se eriza. Sigo sin comprenderlo muy bien, pero con solo mirar la tormenta que se avecina, todo mi cuerpo responde, mientras el día se vuelve negro, solo iluminado por un sol frío y oscuro, un sol de medianoche.

Y Levanto los brazos mientras miles de gotas me empapan con violencia...


Gracias a EvilLate por compartir con nosotros un día de lluvia.

lunes, 7 de enero de 2008

Negro

Por un pasillo negro, de ladrillos huecos y llenos de polvo, corro, hacia un punto de luz en la distancia, blanco.

Detrás, como con grandes patas de araña, que andan sobre suelo paredes y techo, algo me persigue. Es oscuro, viscoso y caliente, y no se para.

Y, yo, sigo corriendo y sigo y sigo.

Pero nunca llego a la luz.

Gracias a Dragón por compartir estas letras.